jueves, 17 de septiembre de 2009

Anecdotas de mi niñes

mi primer año escolar fue una aventura, era una escuela rural mi maestra, Daría Molina, la recuerdo con toda claridad de figura recia morena y de carácter muy fuerte pero bondadosa, para ir a mis clases teníamos.que irnos a las seis de la mañana a una aldea donde funcionaba la escuelita, como le llamábamos nos trasladabamos a caballo, pues era lejos llevábamos la comida pues hacíamos doble jornada, recogíamos agua de un pequeño arroyo cercano a la escuela teníamos horarios para acarrear el agua siempre en parejas las que escojiamos nosotros según el grado de confianza mi compañera era. Nora otra niña de seis años también, y les cuento, por que me gustaba ir en compañía de Nora en el arroyo había una pequeña cascada pero caudalosa, estaba entre un cañón de poca anchura y las ramas de los arboles se entrelazaban de las cuales colgaban lianas con ayuda de una rama tirábamos las lianas hasta la orilla pero, para eso teníamos que escalar hasta lo alto que eran algunos metros pues imagine se desde arriba se contemplaba la caída del agua que al caer formaba una posa de una profundidad regular en la que nos gustaba bañar pues bien mi compañera y yo tirábamos las lianas nos hacíamos a ellas yuna empujaba con fuerza ala otra el placer era ir de un extremo a otro del riachuelo, ¡ahh! que recuerdos esos!cuando lo pienso me asombro del peligro al que nos exponíamos y el que la inocencia de la niñes no nos dejaba ver, pues bien en cierta ocasión le toco a Nora empujarme para que al cansara el otro extremo al llegar a la otra orilla con lo pies tomábamos impulso de nuevo para alcanzar el otro extremo, pero ese día no me empujo con fuerza y quede justo al centro colgada de la liana. tratando de balancearme y ver si coja impulso y llegar a la orilla para cojer impulso pero nada ni siquiera podía Nora al cansarme con la rama y no la dejaba ir por ayuda por que si nos pillaban nos castigarían, pues si nos dábamos cuenta que era malo lo que haciamos,pues bien de tanto balancearme logre llegar cerca de la orilla con una mano trataba de cojerme de las matas de la orilla y soltarme de la liana logre al fin cojer un manojo de zacate, pero con tan mala suerte que estaba tan a la orilla que no soporto mi peso y ¡saz!ahí iba yo rodando nora gritando y yo pues no recuerdo si grite, me imagino que si, pero mi ángel me hiso caer al agua, claro que lleve mis buenos golpes y laceraciones y una herida en mi cabeza al chocar contra la piedras, para ese entonces, como ya tardábamos la maestra , había ido en nuestra búsqueda, ¡pobre tremendo susto se llevo al verme la cara ensangrentada yo mas asustada que otra cosa no sentía los golpes, sentada lavándome la cara para limpiar la sangre que brotaba de mi frente no atinaba decirle nada a la maestra ella me examino, y me limpio las heridas me saco la ropa para secarla y ya de vuelta en la escuela me mando a dejar a mi casa , no sin antes mandar una nota a mi madre,y no hace falta decir que se acabaron las idas al riachuelo. Cuantos recuerdos y aventuras, ¡ahhh!, que bonitos cuantas anécdotas esta sera la numero uno empiezo a narrar cada dia una.
lunes 15 de septiembre del 2009 la primera, hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario